
Septiembre es el mes de la vendimia. Tiempo precioso de recoger frutos madurados al sol. Es un mes mágico que nos hace macerar los recuerdos amables del verano para destilar un vino, a veces amargo de nostalgia con el que calentar los huesos durante el frío invierno de las rutinas prosaicas. De coger trenes que no nos llevan a ninguna parte. De madrugadas estériles y jornadas grises. De tardes lluviosas añorando el aire limpio del campo humilde.
#saranietoescritora