No hay cama pa tanta gente

 

El monitor de yoga explica cómo respirar para expulsar los malos pensamientos. No sé porqué, a mí me viene a la cabeza la vez que vi a mi madre bailando frenética en la cocina una salsa que decía «pa fuera, pa la calle». Y mientras continúo con el ejercicio, expiro e inspiro sin poder borrar la imagen. Expiro: tus caricias. Inspiro: aquel casete. Expiro: tus mentiras. Inspiro: aquel vestido rojo. Expiro: tus gritos. Inspiro: su sonrisa. Expiro: tu traición. Inspiro: los timbales. Expiro: el divorcio. Inspiro: la música. Expiro. Expiro. Expiro. Y recuerdo que aquel día mi padre se fue de casa. Y el título de la canción.

 

Setas

Prometo que ninguna de ellas estaba habitada
por elfo enanito o hada.
Aunque desde que las recogí no paran de suceder cosas extrañas.
El cielo se me ha vuelto más azul y por dentro me ha crecido un mar en calma.
¿Puede que alguna de ellas tuviera magia?

La quietud

Algunas mañanas las rosas se levantan engalanadas con un traje de rocío. Cuánta belleza condensada en un pétalo. El ruido del mundo enmudece entre ese frágil terciopelo. Se adormece la rabia, el miedo huye y la quietud ya olvidada vuelve por un instante eterno.