Mi amiga Margarita del Brezo, que escribe maravillosamente haciendo malabares sobre la punta de la i, me ha inspirado con su frase de Relatos en Cadena, aunque como siempre, llego tarde y me salgo de las costuras.
Va por tí, Margarita
Le pido que haga todo lo posible por mantener con vida a mi marido un poco más, doctor. Olvide sus súplicas de una muerte digna. No sabe lo que dice. Es que le cuesta adaptarse. Siempre fue un hombre muy activo, independiente, con muchas ganas de vivir. Le gustaba salir de fiesta, beberse la noche, las mujeres guapas… Por eso se casó conmigo, me decía. Y la velocidad. También le gustaba la velocidad. Mucho. Agarraba el coche y se perdía en el horizonte mientras yo le esperaba con los niños en casa.
Pero era tan grande, tan fuerte, y yo tan pequeña. En fin, él era así. Si lo hubiera visto, doctor, no lo creería. Aquí donde lo ve, tan flaquito y asustado en esta cama, hace nada tenía unos brazos torneados, fuertes. ¡Qué fuerza tenían esas manos! ¡Qué poder! Y qué chiquita era yo si me hubiera visto usted. Pero no le entretengo más que tiene muchos pacientes que visitar. Deme los calmantes que ya me ocupo yo, y olvide esos desvaríos. Quiero tenerlo conmigo hasta el final, no me despegaré de él. Voy a vigilar su sueño y su vigilia. Sobre todo su vigilia. Cada minuto cuenta.
Es que tus historias tienen tanta fuerza que no hay quien las meta en cintura ni les ponga fecha en el calendario. Se bastan solas y nos abastecen las ganas de leer a los demás. Un gusto, vaya.
Como este regalo que me acabas de hacer, ¡gracias, compañera! 😍🙃😊
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Gracias a ti por la inspiración 😘
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