Este es uno de los textos que aparecen en mi libro de relatos «Paraguas de colores para días grises». Disfrutemos de lo que tenemos porque las vidas de los demás no siempre son tan ideales como parecen.
Viaje astral
Anoche me tumbé en la cama y de repente estaba en el techo mirándome a mí misma dormir. Todavía un poco asustada exploré mi casa. Como los niños estaban dormidos y ya le había pillado el truco a lo de atravesar paredes, me animé a darme una vuelta por el vecindario. La pareja perfecta del cuarto se estaba poniendo a parir, en voz baja, eso sí. El rarito del tercero bailaba vestido de Rita Hayworth delante del espejo. Y la estirada del segundo se estaba dando el filete ¡con una tía! No llegué a bajar al primero porque justo en ese momento noté que me faltaba el aire y un dolor agudísimo en estómago. Creía que me moría, pero no. Sólo era la niña que me estaba saltando en la barriga gritando ¡mami, despierta! Hoy me he encontrado en el portal con la súper woman del bajo C. Tan mona ella, con sus niñas repeinadas con su uniforme de colegio de pago, sus tacones, su figura de gimnasio, su marido siempre hecho un brazo de mar… Y ahora que la miro bien, con esas enormes ojeras de insomnio que apenas disimula el maquillaje. Esta noche, sin falta, le hago una visita.
Cada casa es un mundo y lo que encierran esas cuatro paredes es algo que nos sorprendería muy mucho si lo conociéramos. Rara vez coincide la realidad con las apariencias. Un excelente micro, Sara, para presentar tu libro. ¡Muchos éxitos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Efectivamente David. Muchas gracias 😊
Me gustaMe gusta
La verdad puede derribar las esculturas que parecen más sólidas.
Me gustaMe gusta
Efectivamente, Carlos. Efectivamente.
Me gustaLe gusta a 1 persona