
Fotografía de Pedro Riverol Salinas
Galatea se pasa el día acurrucada, olvidada en un rincón. Las lágrimas bañan su rostro contemplando a Pigmalión, embelesado con su nueva estatua. Anoche cayó rendido pero consiguió terminarla. Es perfecta salvo por un detalle: sus ojos se han borrado, como en las otras dos anteriores. No para de dar vueltas por el taller mientras piensa qué embrujo ha sido el causante de semejante desastre. Galatea, desde su escondite, aprieta con fuerza el cincel bajo la túnica y se seca las lágrimas. No va a permitir que a ninguna de sus hermanas le rompan el corazón viendo cómo las sustituyen en cuanto pierden el brillo.
Contribución para Los viernes creativos https://elbicnaranja.wordpress.com/2017/08/04/viernes-creativo-escribe-una-historia-198/