Cuando le ofrecieron el trabajo de taquillera dudó bastante. Siempre fue una chica reservada, que disfrutaba del silencio y la soledad para escribir largas historias. El hecho de tener que ver pasar continuamente gente y tener que conversar con ellos aunque solo fueran dos minutos “¿fila 8 o superiores?, ¿asientos centrados o laterales?” no le hacía ninguna gracia. Luego estaba, eso sí , el asunto de pagar el alquiler y la comida. Así que no le quedó más remedio que aceptar. Menos mal que siempre fue una chica con recursos y encontró la manera de mimetizarse con la taquilla de tal forma que nadie tuviera la tentación de preguntar algo más allá del precio de las entradas. Entre sesión y sesión se acostumbró a escribir microrrelatos.
Contribución para «El viernes creativo» https://elbicnaranja.wordpress.com/2017/06/16/viernes-creativo-escribe-una-historia-191/
Jajaja… Y tanto que se mimetizó. Muy original, Sara. Un beso
Me gustaMe gusta
Gracias Mayte. 😉
Me gustaMe gusta